A domingo pensando en ti. De domingo a domingo esperándote. ¡Y vuela, la semana vuela!
Tranquilos, estoy bien, pero es que la mitad de los domingos me acuerdo de esa dichosa canción.
Hoy es domingo, hoy hay carreras, hoy hay NUEVE carreras ¡y yo tengo un cumpleaños en un sitio sin Internet y casi sin cobertura! ¿POR QUÉ? No sé qué hice en otra vida, pero tuvo que ser algo muy malo para que me pierda un día como el de hoy. Bueno, mi plan es salir raudo y veloz tras soplar las velas del pastel, es lo bueno de ser un rancio, que la familia ya lo sabe y no presiona para que me quede.
Hablando de pasteles, nunca me han gustado demasiado, pero últimamente sí. Lo mismo, desde que vivo solo y me hago la «comida», mis papilas han perdido sensibilidad, era eso o la muerte.
El viernes tuve noche de series. El plan era ver Vikings, The Big Bang Theory, Daredevil y Mad Men. Verlas las vi, pero… vi un episodio de Mad Men de hace dos temporadas. Fue curioso, me sonaban cosas, pero fue hasta el final que no me di cuenta de que ese episodio ya lo había visto. Y es que dos temporadas después la serie no tiene nada que ver, hay matrimonios que ya no lo son, actores que salieron e incluso algún personaje que en ese tiempo ha muerto. Aún así, hasta el minuto 40, no lo tuve claro. Genial.
A todo esto, tenéis que ver Vikings («Vaikings» si eres un guay). Es una serie en la que cada episodio pasa algo importante. Cuando digo algo importante, me refiero a cosas que te dejan con la boca como cuando estás comiendo churros con chocolate, por lo de abierta, no por lo de sucia. Es una serie en la que hay muchas peleas y sangre y es curioso, pero la mayoría de gente que me la ha recomendado, no tiene pene, menos Rigo, bueno, o eso creo (abrazo bro).
Puede que me guste esa serie por el valor de los secundarios, Ragnar es el prota y podría invitarme a cenar cuando quisiese, pero está rodeado de unos personajes que son geniales. Y es que siempre fui de secundarios. Siempre fui del Coyote, de Bruce Harper, de Luigi, de Steve Buscemi, de Pedrosa y me acordaba de más, pero ahora se han ido de mi cabeza, como está haciendo el cabrón de mi pelo.
Estarán en el cajón donde va a parar todo lo que está por el medio y no queremos tirar. Ese cajón en el que buscamos siempre que hemos perdido algo y que NUNCA está. Está lleno de pilas, de ésas que un día apretamos tanto las teclas del mando, que éste parecía un elemento antiestrés o… antiescuatro. (momento de darle al play al vídeo de abajo)
PD: Hoy no he hablado de Fito, eh.
PD2: Ouch!